viernes, 18 de octubre de 2013

EMBRIÁGUENSE

 

Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.


Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.


Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:


“¡Es hora de embriagarse!"


Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.

Charles Baudelaire

jueves, 17 de octubre de 2013

Hagamos un trato

Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contarconmigo40si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted   

es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo.

Plegaria

 

Eros: ¿acaso no sentiste nunca piedad de las estatuas? Se dirían crisálidas de piedra de yo no sé qué formidable raza en una eterna espera inenarrable. Los cráteres dormidos de sus bocas dan la ceniza negra del Silencio; mana de las columnas de sus hombros la mortaja copiosa de la Calma, y fluye de sus órbitas la noche; víctimas del Futuro o del Misterio, en capullos terribles y magníficos esperan a la Vida o a la Muerte. Eros: ¿acaso no sentiste nunca piedad de las estatuas? Piedad para las vidas que no doran a fuego tus bonanzas, ni riegan o desgajan tus tormentas; piedad para los cuerpos revestidos del armiño solemne de la Calma, y las frentes en luz que sobrellevan grandes lirios marmóreos de pureza, pesados y glaciales como témpanos, piedad para las manos enguantadas de hielo, que no arrancan los frutos deleitosos de la Carne ni las flores fantásticas del alma; piedad para los ojos que aletean espirituales párpados: escamas de misterio, negros talones de visiones rosas... ¡Nunca ven nada por mirar tan lejos! Piedad para las pulcras cabelleras místicas aureolas peinadas como lagos que nunca airea el abanico negro, negro y enorme de la tempestad; piedad para los ínclitos espíritus tallados en diamante; altos, claros, extáticos pararrayos de cúpulas morales; piedad para los labios como engarces celestes, donde fulge invisible la perla de la Hostia;labios que nunca fueron, que no apresaron nunca un vampiro de fuego con más sed y más hambre que un abismo. Piedad para los sexos sacrosantos que acorazan de una hoja de viña astral la Castidad; piedad para las plantas imantadas de eternidad, que arrastran por el enerno azur las sandalias quemantes de sus llagas; piedad, piedad, piedad para todas las vidas que defiende de tus maravillosas intemperies el mirador enhiesto del Orgullo: apúntales tus sales o tus rayos... Eros: ¡acaso no sentiste nunca piedad de las estatuas?...

El cisne

 

Pupila azul de mi parque es el sensitivo espejo de un lago claro, muy claro!... Tan claro que a veces creo que en su cristalina página se imprime mi pensamiento. Flor del aire, flor del agua alma del lago es un cisne con dos pupilas humanas, grave y gentil como un príncipe; alas lirio, remos rosa... Pico en fuego, cuello triste y orgulloso, y la blancura y la suavidad de un cisne... El ave cándida y grave tiene un maléfico encanto:clavel vestido de lirio, trasciende a llama y milagro!... sus alas blancas me turban como dos cálidos brazos; ningunos labios ardieron como su pico en mis manos; ninguna testa ha caído tan lánguida en mi regazo; 16ninguna carne tan viva, ha padecido o gozado: viborean en sus venas filtros dos veces humanos! Del rubí de la lujuria su testa está coronada: y va arrastrando el deseo en una cauda rosada... Agua le doy en mis manos y él parece beber fuego; y yo parezco ofrecerle todo el vaso de mi cuerpo... Y vive tanto en mis sueños, y ahonda tanto en mi carne, que a veces pienso si el cisne con sus dos alas fugaces, sus raros ojos humanos y el rojo pico quemante, es sólo un cisne en mi lago o es en mi vida un amante... Al margen del lago claro yo le interrogo en silencio... y el silencio es una rosa sobre su pico de fuego... Pero en su carne me habla y yo en mi carne le entiendo.A veces ¡toda!, soy alma; y a veces ¡toda!, soy cuerpo. 17Y vive tanto en mis sueños, y ahonda tanto en mi carne, que a veces pienso si el cisne con sus dos alas fugaces, sus raros ojos humanos y el rojo pico quemante, es sólo un cisne en mi lago o es en mi vida un amante... Al margen del lago claro yo le interrogo en silencio... y el silencio es una rosa sobre su pico de fuego... Pero en su carne me habla y yo en mi carne le entiendo.A veces ¡toda!, soy alma; y a veces ¡toda!, soy cuerpo. Hunde el pico en mi regazo y se queda como muerto... Y en la cristalina página, en el sensitivo espejo del lago que algunas veces refleja mi pensamiento, el cisne asusta de rojo, y, yo de blanca doy miedo!

Amor

 

Yo lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;

hablaba el impreciso lenguaje del torrente;

era un mar desbordado de locura y de fuego,

rodando por la vida como un extraño riego.

Luego soñélo triste, como un gran sol poniente

que dobla ante la noche la cabeza de fuego;

después rió, y en su boca tan tierna como un ruego,

sonaba sus cristales el alma de la fuente.

 

Y hoy sueño que es vibrante, y suave, y riente,

y triste, que todas las tinieblas y todo el iris viste;

que, frágil como un ídolo y eterno como Dios,

sobre la vida toda su majestad levanta:

y el beso cae ardiendo a perfumar su planta

como una flor de ruego deshojada por dos...

Explosión

 

¡Si la vida es amor, bendita sea!

¡Quiero más vida para amar! Hoy siento

que no valen mil años de la idea

lo que un minuto azul del sentimiento.

 

Mi corazón moría, triste y lento...

Hoy abre en luz como una flor febea;

¡La vida brota como un mar violento

donde la mano del amor golpea!

 

Hoy partió hacia la noche, triste, fría,

rotas las alas de mi melancolía;

como una vieja mancha de dolor

en la sombra lejana se deslíe...

¡Mi vida toda canta, besa, ríe!

¡Mi vida toda es una boca en flor!