domingo, 8 de septiembre de 2013

A una ramera...

 

Vitium in corde est idolum in altare

San Jerónimo

      I

Mujer preciosa para el bien nacida,Mujer preciosa por mi mal hallada,Perla del solio del Señor caídaY en albañal inmundo sepultada;Cándida rosa en el Edén crecidaY por manos infames deshojada;Cisne de cuello alabastrino y blandoEn indecente bacanal cantando.

            II

Objeto vil de mi pasión sublime,Ramera infame a quien el alma adora.¿Por qué el Dios ha colocado, dime,el candor en tu faz engañadora?¿Por qué el reflejo de su gloria imprimeen tu dulce mirar? ¿Por qué atesorahechizos mil en tu redondo seno,si hay en tu corazón lodo y veneno?

            III

Copa de bendición de llanto llena, Do el crimen su ponzoña ha derramado;Ángel que el cielo abandonó sin pena,Y en brazos del demonio ha entregado;Mujer más pura que la luz serena,Más negra que la sombra del pecado,Oye y perdona si al cantarte lloro;Porque, ángel o demonio, yo te adoro.

            IV

Por la senda del mundo yo vagabaIndiferente en medio de los seres;De la virtud y el vicio me burlaba;Me reí del amor de las mujeres,Que amar a una mujer nunca pensaba;Y hastiado de pesares y placeresSiempre vivió con el amor en guerraMi ya gastado corazón de tierra.

            V

Pero te vi... te vi... ¡Maldita horaEn que te vi, mujer! Dejaste heridaA mi alma que te adora, como adoraEl alma que de llanto está nutrida.Horrible sufrimiento me devora,Que hiciste la desgracia de mi vida.Mas dolor tan inmenso, tan profundo,No lo cambio, mujer, por todo el mundo.

            VI

¿Eres demonio que arrojó el infiernopara abrirme una herida mal cerrada?¿Eres un ángel que mandó el Eternoa velar mi existencia infortunada?¿Este amor tan ardiente, tan interno,me enaltece, mujer, o me degrada?No lo sé... no lo sé... yo pierdo el juicio.¿Eres el vicio tú? ... ¡Adoro el vicio!.

            VII

¡Ámame tú también! Seré tu esclavo,tu pobre perro que doquier te siga.Seré feliz si con mi sangre lavoTu huella, aunque al seguirte me persigaRidículo y deshonra; al cabo, al cabo,Nada me importa lo que el mundo diga.Nada me importa tu manchada historiaSi a través de tus ojos veo la gloria.

            VIII

Yo mendigo, mujer, y tú ramera,Descalzos por el mundo marcharemos.Que el mundo nos desprecie cuando quiera,En nuestro amor un mundo encontraremos.Y si horrible miseria nos espera,Ni de un rey por el otro la daremos;Que cubiertos de andrajos asquerosos,Dos corazones latirán dichosos.

            IX

Un calvario maldito hallé en la vidaEn el que mis creencias expiraron,Y al abrirme los hombres una herida,De odio profundo el alma me llenaron.Por eso el alma de rencor henchidaOdia lo que ellos aman, lo que amaron,Y a ti sola, mujer, a ti yo entregoTodo ese amor que a los mortales niego.

            X

Porque nací, mujer, para adorarteY la vida sin ti me es fastidiosa,Que mi único placer es contemplarte,Aunque tú halles mi pasión odiosa,Yo, nunca, nunca, dejaré de amarte.Ojalá que tuviera alguna cosaMás que la vida y el honor más cara,Y por ti sin violencia la inmolara.

            XI

Sólo tengo una madre. ¡Me ama tanto!Sus pechos mi niñez alimentaron,Y mi sed apagó su tierno llanto,Y sus vigilias hombre me formaron.A ese ángel para mí tan santo,Última fe de creencias que pasaron,A ese ángel de bondad, ¡quién lo creyera!,Olvido por tu amor... ¡loca ramera!

            XII

Sé que tu amor no me dará placer,Se que burlas mis grandes sacrificios.Eres tú la más vil de las mujeres;Conozco tu maldad, tus artificios.Pero te amo, mujer, te amo como eres;Amo tu perversión, amo tus vicios.Y aunque maldigo el fuego en que me inflamo,Mientras más vil te encuentro, más te amo.

            XIII

Quiero besar tu planta a cada instante,Morir contigo de placer beodo;Porque es tuya mi mente delirante,Y tuyo es mi corazón de lodo.Yo que soy en amores inconstante,Hoy me siento por ti capaz de todo.Por ti será mi corazón do imperas,Virtuoso, criminal, lo que tú quieras.

            XIV

Yo me siento con fuerza muy sobrada,Y hasta un niño me vence sin empeño.¿Soy águila que duerme encadenada, o vil gusano que titán me sueño?Yo no sé si soy mucho, o si soy nada;Si soy átomo grande o dios pequeño;Pero gusano o dios, débil o fuerte,Sólo sé que soy tuyo hasta la muerte.

            XV

No me importa lo que eres, lo que has sido,Porque en vez de razón para juzgarte,Yo sólo tengo de ternura henchidoGigante corazón para adorarte.Seré tu redención, seré tu olvido,Y de ese fango vil vendré a sacarte.Que si los vicios en tu ser se imprimenMi pasión es más grande que tu crimen.

            XVI

Es tu amor nada más lo que ambiciono,Con tu imagen soñando me desvelo;De tu voz con el eco me emociono,Y por darte la dicha que yo anheloSi fuera rey, te regalara un trono;Si fuera Dios, te regalara un cielo.Y si Dios de ese Dios tan grande fuera,Me arrojara a tus plantas ¡vil ramera!

Antonio Plaza Llamas

No hay comentarios:

Publicar un comentario